Esther desapareció hace diez años. Su familia invitó al pueblo para darle un último adiós organizando una misa para los funerales. Eduviges dice que Esther está viva a pesar de que todos la creen muerta.
Eduviges, su hermana, tiene un don: cuando reza un agua pura sale de sus manos. Su familia organiza una ceremonia haciéndole pagar al pueblo para que vean este milagro. Eduviges se niega pero los padres insisten y el pueblo está cada vez más impaciente.